Motivación
Sin un mínimo conocimiento de la motivación de un comportamiento, es imposible comprender qué hacen las personas. Si bien el concepto de motivación es difícil de definir, puesto que se utiliza en diferentes sentidos, en esta asignatura entenderemos de manera amplia como “motivo” aquello que impulsa a una persona a actuar de determinada manera o, por lo menos, que origina una propensión hacia un comportamiento específico. Este impulso a actuar puede ser provocado por un estímulo externo (que provenga del ambiente) o puede ser generado internamente en los procesos mentales del individuo.
La motivación es una serie de fuerzas activas e impulsoras traducidas por palabras como deseo y rechazo. El individuo desea poder y estatutos, y rechaza el aislamiento social y las amenazas a su autoestima. Además, la motivación establece una meta determinada, cuya consecución representa un gasto de energía para el ser humano.
Todas las personas son diferentes: las necesidades varían de individuo a individuo y producen diversos patrones de comportamiento. Los valores sociales y la capacidad individual para alcanzar los objetivos también son diferentes. También se debe tener presente que las necesidades, los valores sociales y las capacidades del individuo varían con el tiempo. No obstante esas diferencias, el proceso que dinamiza el comportamiento es más o menos semejante en todas las personas. Dicho en otros términos, aunque varíen los patrones de comportamiento, en esencia, el proceso que los origina es el mismo para todas las personas.
En este sentido, existen tres premisas que explican el comportamiento humano:
- El comportamiento es causado: existe una causalidad del comportamiento. Tanto la herencia como el ambiente influyen de manera decisiva en el comportamiento de las personas, el cual se origina en estímulos internos o externos.
- El comportamiento es motivado: en todo comportamiento humano existe una finalidad. El comportamiento no es casual ni aleatorio; siempre está dirigido u orientado hacia algún objetivo.
- El comportamiento está orientado hacia objetivos: En todo comportamiento existe un impulso, un deseo, una necesidad, una tendencia, expresiones que sirven para indicar los motivos del comportamiento.
Basándonos en lo expresado anteriormente, podemos afirmar que el comportamiento no es espontáneo ni está exento de finalidad: siempre habrá un objetivo implícito o visible que lo explique. A continuación, le presentamos el modelo básico de la motivación:
Aunque el modelo básico de motivación sea el mismo para todos, el resultado podrá variar indefinidamente, pues depende de la manera cómo se percibe el estímulo (que varía según la persona y en la misma con el tiempo), de las necesidades y del conocimiento que se posee. La motivación depende, fundamentalmente, de estas tres variables.
En Psicología y Filosofía, motivación son los estímulos que nos mueven a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para su culminación. Este término está relacionado con el de voluntad y el de interés, así podemos decir que la motivación es la voluntad para hacer un esfuerzo, por alcanzar las metas de la organización, condicionado por la capacidad del esfuerzo para satisfacer alguna necesidad personal.
Por otro lado, son las actitudes las que dirigen el comportamiento hacia el trabajo y lo apartan de la recreación y otras esferas de la vida. "Es el impulso que inicia, guía y mantiene el comportamiento, hasta alcanzar la meta u objetivo deseado". La motivación exige necesariamente que haya alguna necesidad de cualquier grado; sea absoluta, relativa, de placer o de lujo. Siempre que se esté motivado a algo, se considera que ese algo es necesario o conveniente. La motivación es el lazo que une o lleva esa acción a satisfacer esa necesidad o conveniencia o a dejar de hacerlo.
Los motivos pueden agruparse en diversas categorías:
- Racionales o emocionales.
- Egocéntricos o altruistas.
- Atracción o rechazo, según muevan a hacer algo en favor de los demás o a dejar de hacer algo que se está realizando o que podría hacerse.
Desmotivación
Un término opuesto a motivación es desmotivación, generalmente definido como un sentimiento de desesperanza ante los obstáculos o como un estado de angustia y pérdida de entusiasmo, disposición o energía. Aunque la desmotivación puede verse como una consecuencia normal en las personas cuando se ven bloqueados o limitados sus anhelos por diversas causas, tiene consecuencias que deben prevenirse.
La desmotivación es un estado interior limitador y complejo caracterizado por la presencia de pensamientos pesimistas y sensación de desánimo que se origina como consecuencia de la generalización de experiencias pasadas negativas, propias o ajenas, y la autopercepción de incapacidad para generar los resultados deseados.
Puede resultar claramente nociva si se convierte en una tendencia recurrente o estable, pues tiende a afectar la salud, a limitar la capacidad de vinculación y a desfavorecer la productividad por cuanto afecta la confianza en uno mismo, el flujo de la creatividad, la capacidad de tomar riesgos y la fuerza de la voluntad.